Hoy, viernes 14 de agosto, aparece la noticia en los medios, un síntoma de las condiciones en las que «viven» muchos vecinos y vecinas del barrio. Amontonados pagando un alquiler carísimo, en unas condiciones infrahumanas, sin papeles, con trabajos precarios, sometidos a una cotidianidad que estalla cobrándose 3 vidas, sus nombres Mazar Saleem, Abu Safyan y Sarfrag Ahmad, y otra en estado crítico. En primer lugar hay que dar el pésame a las familias y amigos y acompañarles en el tremendo dolor que tienen que sentir. Todo se podría haber evitado si la vivienda y la puerta hubieran estado en condiciones mínimas de seguridad.
Vivían de mala manera, como lo hacen tantas personas en esta ciudad y especialmente en los barrios más pobres. No pasaba nada, cada cual a lo suyo, a luchar y sobrevivir y otros a hacer negocio. Ahora la culpa es de que pinchaban la luz, de que la responsabilidad se hace recaer en las mismas personas muertas.
Da mucho dolor y vergúenza. Da una idea de la sociedad en la que vivimos, de las injusticias, de la explotación sobre el dolor ajeno. Así es y hay que luchar contra ello, en memoria de estas personas, por el derecho de todas las vecinas a vivir su vida con dignidad y con justicia.
Salud y ánimos.