La huelga de trabajadores de las contratas de Movistar está en un punto crucial, en un pulso con una de las empresas que mejor simboliza el poder del dinero y defendida por la gente que mejor simboliza el trabajo precario. Es una huelga autónoma, ejemplar, nacida con todas las dificultades posibles y que aún así se mantiene por la dignidad de los propios trabajadores y los apoyos anónimos, humildes y ejemplares de miles de personas, colectivos y organizaciones. Pero no es suficiente, hay que dar un impulso a pesar de nuestras urgencias y de las dificultades. Si conseguimos que la caja de resistencia sea suficiente podrán aguantar y seguir plantando cara al monstruo y hablamos de miles de trabajadores, de miles de euros. Hay que exprimir la imaginación para conseguirlo, hay que aumentar los actos, la venta de bonos, la entrega de alimentos, las acciones para que se haga visible frente al boicot de los medios de comunicación, pagados generosamente por Movistar. Nos jugamos mucho en esta huelga y después de tanto esfuerzo no podemos dejarla perder, lo pagaremos muy caro. Está en juego nuestra dignidad.
Piensa la mejor manera de apoyarla, cada cual a su manera desde su espacio que sume al de los demás, con generosidad, imaginación y fortaleza. Que Movistar sepa contra quien pelea y sienta la fuerza de los nadie.