Ayer domingo se celebró un bonito acto vecinal convocado por Acció Príncep de Viana, La Xarxa Veïnal del Raval, Acció Raval, Guerrilla Raval, Raval Sur y Carrer del Salvador para debatir y lucha por recuperar para el barrio el edifico de Príncep de Viana 14 propiedad de Cerberus. Salvado de la especulación como Centro Social La Dispersa, desalojado posteriormente, la desidia de la propiedad hizo que durante varios años se convirtiera en un narcobloque en el que se produjeron muertes, abusos sexuales y una degradación de la vida de la calle. Todo esto hasta que las vecinas decidieron organizarse y pelear consiguiendo el cierre del edificio tras un informe de bomberos.

Ni la propiedad, ni la justicia, ni las administraciones evitaron lo que era inadmisible y en el Raval se sabe que si es una familia que ocupa por extrema necesidad una vivienda vacía de un fondo buitre, las administraciones actúan de urgencia. Si son las mafias la propiedad no denuncia.

Como parte de la acción y del debate se concluyó en marcar como objetivo del edificio que sea para familias del barrio, mediante alquiler social, o para las personas mayores. Cualquier cosa menos objetivo del negocio para un fondo responsable de graves delitos.

Se colgó una gran pancarta con un poema de Gabriel Aresti: “La Casa de mi padre” engalanando la fachada del edifico. No han pasado 24 horas y Cerberus, que nunca intervino en todos estos años, esta vez si lo hace y envía a sus operarios a quitar la pancarta.

Es una respuesta a la lucha vecinal. Creen con arrogancia que van a poder hacer lo que quieran, que es suyo el edificio, cuando antes se pagó con dinero público y que vecinas y colectivos somos bichos a los que se puede despreciar. Y que como siempre ganarán.

La dignidad frente a la prepotencia, la vida frente al negocio. Que sepa Cerberus que en el Raval, las vecinas, la gente movilizada conseguimos el CAP Raval Nord a la Misericòrdia, paramos desahucios, mejoramos una vida que este sistema destroza para sacar beneficios.  Solo conseguirán darnos más motivos para conseguir lo que sabemos que está en nuestra mano. Dignidad y justicia frente a la ignominia.