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Presentació de “La revuelta de las mujeres” i la Vaga Feminista

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Luminosa mañana para presentar ‘La revuelta de las mujeres. Barcelona 1918’, en El Raval. Gracias a El Lokal Raval por el escenario y poner el sol en lo alto y la gente a tiro de abrazo. Gracias a Miquel por la bondad, la paciencia y ese debemos intentarlo con más ímpetu cuantas menos perspectivas de éxito tengamos que aprendió de Thoreau. Gracias a Pascual por quemarse las pestañas en los detalles y a Silvio Atonal por ponerle solapas al cuaderno, que las lecturas y la vida se agarran por las solapas para mirarlas de frente. Y gracias a Iñaki García García por estar siempre ahí…all of it was made for you and me ‘cause it just belongs to you and me so let’s take a ride and see what’s mine singing la la la la la la la la…Y gracias a las mujeres de enero del 18 y a las de ahora, ese margen de mejora que le queda a este recóndito punto en el firmamento.

Revuelta de las mujeres de 1918 medio olvidada en un rincón de la Historia, entre la huelga general de 1917 y la huelga de La Canadiense de 1919. Amalia Alegre, Libertad Ródenas, Rosario Dulcet, nombres y rostros que se repiten aunque pasen cien años, como se repiten dimes y diretes, que si se dice si va sola ¡qué desgraciada es!, se dice que coqueta si con un hombre va, si ven a dos mujeres también se dice que el mundo está al revés, la cosa es murmurar. Eres muy buena si con arte sabes fingir y eres muy mala si no sabes disimular y con la verdad pretendes vivir. Amar, yo quiero amar con libertad porque nací mujer para querer y hacer mi santa voluntad. Que una cosa es avanzar y la otra dejar lo rancio atrás.

Y no pasan las advertencias, que ya no querrán reintegrarse a la lumbre de la casa una vez conozcan la lumbre de la calle, ni los elogios basados en inyecciones de testosterona como camino a una supuesta igualdad que pasa por tener mujeres pilotos de combate, que igual deben bombardear con más amor cuando simplemente no quiero que mi hijo desfile, que los hijos de madre desfilen con fusil y con muerte en el hombro.

Y pasarán más de cien años, muchos más, y continúan habiendo razones para una huelga, más cuando la huelga va camino de convertirse en un artículo de lujo como otros artículos de la Constitución y se mantienen las razones cuando no quiero que haya frío en las casas, que haya miedo en las calles, que haya rabia en los ojos. Y hoy y en 1918 pedimos lo mismo, pan y carbón, hambre de derechos básicos que debemos alimentar para no morir de inanición y material para combatir el frío y la intemperie, como este sol al que esta mañana entre todxs damos calor en un rincón de El Raval.

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