Las pequeñas victorias de la gente pequeña nos dan ánimos para seguir peleando

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Las pequeñas victorias de la gente pequeña nos dan ánimos para seguir peleando

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Las pequeñas victorias de la gente pequeña nos dan ánimos para seguir peleando.
Stop desahucios, Salvem el Raval, salvem el món

Jueves 17 de noviembre a las 16,30h nos llega un aviso por medio de gente de la Rimaia pues les ha notificado un vecino que ha visto a matones colocando un puerta antiokupa en el carrer del Carme n.º 61 y comentamos si lanzar una alerta a la red para acercarnos, ver que ocurre e intervenir. Así se hace y en 10 minutos se empieza a acercar gente. Aparecen también los mossos y conselleres del districte y de l’Oficina d’habitatge. Volvemos a ver lo de siempre, un propietario que ha comprado el edificio con gente dentro, lo que hace bajar el precio, y que para ahorrarse el proceso legal, contrata a una empresa para que lo haga de forma ilegal y por la fuerza. Y allí están todos, actuando en la calle con total impunidad. Los mossos no les toman los datos a pesar de nuestra insistencia. Y vamos sabiendo lo que está ocurriendo: han subido al piso habitado en el que había gente, han entrado, cuando estos han intentado avisar a su gente, les han roto el móvil y les han forzado a sacar las cosas mientras instalaban en la calle una puerta exterior, cambiando la cerradura. Todo esto lo hacían unas personas de la empresa STM, contratados por el propietario junto a los matones. Dejaban dentro a las personas del piso que no tenían llaves de la nueva cerradura y que nos enseñaban un contrato de alquilers. Sin duda la presencia de la gente hizo que se interrumpiera lo que estaban haciendo, se retiraran llevándose la puerta y la alarma y la gente pudiera seguir en el piso hasta que se definiera la situación. Si hubiéramos tardado media hora más posiblemente hubieran quedado fuera de us vivienda, en la calle con lo puesto y la puerta instalada.

Esto está ocurriendo todos los días, se va normalizando la intervención de matones a sueldo como algo que se puede hacer con total impunidad a pesar de las denuncias. Ni el aparato judicial, ni el aparato judicial, ni las instituciones impiden que así se haga , hay que decir en honor a la verdad que por lo menos en nuestro barrio conselleres del districte y personas del SIPHO se hacen presentes para mediar o buscar alternativas de emergencia. Hemos de ser vecinos y vecinas quienes nos organizemos para impedir la expulsión de las personas de sus casas. Y no es fácil pero es la única manera.

A esto se suma Salvem Drassanes, la lucha contra la construcción de 2 hoteles de lujo en la zona. Salvem Sant Pau, la lucha por defender el gimnasio y las piscinas de la Ronda Sant Pau, Salvem la Rimaia, la lucha por defender el uso social del bloque de pisos de lujo bacio desde hace más de 20 años y ocupado unas siete veces. Días antes el desahucio en el Poble Sec de la Profana con gente en situación de exclusión viviendo dentro y proyectos de cultural alternativa en el mismo espacio…..

Vivimos un proceso de despojo y expulsión de vecinos, comunidades y colectivos, en nuestro barrio, en la ciudad y en el mundo por parte de las diferentes expresiones del dinero y del poder ya sean empresas multinacionales, fondos de inversión, bancos, etc.. que compran para vender con los medios que hagan falta. En esta guerra diaria mueren personas como efecto de estas políticas, el caso de Rosa la abuela de Reus ha sido el más visible. Cuando se consigue una ley que mejore o impida que ocurran estas cosas o se recurre o no se aplica o directamente se inhabilita. En esta guerra diaria gente va a la cárcel y es condenada por defender sus derechos y los de todos, mientras que los grandes o pequeños mafiosos, corruptos siguen libres.

Y no es fácil pero no hay otra manera, hay que organizarse y luchar con mucha inteligencia, diariamente. Hay que defender los espacios comunes, en el barrio tenemos unos cuantos. Hay que defenderlos colectivos, organizaciones, personas que hacen algo útil, que no luchan solo por su interés sino que buscan el colectivo. Hay que ser generosos y abiertos a la vez que exigentes. Hay que generar confianza y no miedo entre nosotros. Hay que escuchar y pensar bien para encontrar las mejores maneras de intervenir apara apoyarnos, defendernos y abrir espacios nuevos, mejores y más justos y libres.

Hay que hacernos responsables y no delegar en las instituciones, en líderes ni mesías nuestro propios asuntos. Hay que interpelar y exigirnos, a nosotros mismos, a los demás, a las instituciones, a las organizaciones que hagan lo que tienen que hacer y que lo hagan bien pero la prioridad siempre ha de ser crear, mantener y crecer nuestros propios espacios, nuestras propias formas.

En el barrio, en la ciudad, en el país y en el mundo, hay muchas experiencias de todo lo dicho, viven con muchas dificultades pero no mueren, se apoyan entre sí a pesar de todo y consiguen, conseguimos, que en esta guerra entre la vida y la muerte, no todo esté perdido. Las pequeñas victorias de la gente pequeña nos dan ánimos para seguir peleando.

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