
L’Ajuntament inaugura la «nova» Ronda Sant Antoni, en contra de la voluntat de veïnes i organitzacions del Raval i Sant Antoni
23 maig, 2025
L’Ajuntament inaugura la «nova» Ronda Sant Antoni, en contra de la voluntat de veïnes i organitzacions del Raval i Sant Antoni
23 maig, 2025
Esa es la fiesta de El Lokal. Es la celebración de un año de logros, de un año de discusiones y acuerdos, de renovaciones no solo materiales, sino también de perspectiva en este proyecto, que para nosotros siempre ha sido y será un proyecto de autoorganización social y autogestión. No celebramos el hecho de tener bienes, no celebramos la compra ni la propiedad. Celebramos la posibilidad de continuar con aquel proyecto que empezó en 1980. En todos estos años han pasado muchas cosas, muchísimas. Muchas compañeras han llevado a cabo pequeñas e indispensables tareas sin las cuales no habríamos llegado hasta aquí.
Vivimos tiempos oscuros, donde soplan vientos de guerra, los Estados se arman y nos venden su narrativa, su relato sobre la necesidad de hacerlo, de defendernos de un peligro inminente. ¿Cómo nos atrevemos a hablar de nuestras miserables batallitas frente a las terribles amenazas que supuestamente hacen imposible nuestra seguridad? ¿No será que este llamado a las armas también contribuye a invisibilizar nuestras propias luchas, que sí importan y que seguimos creyendo que son el centro, el lugar de la organización?
Estos vientos de guerra invisibilizan las condiciones de vida miserables y precarias a las que nos están condenando poco a poco. Sin servicios sanitarios ni educación, condenadas a mudarnos de piso en piso cada tres años, mientras la ciudad se convierte en un desierto turistificado, dominado por los Divarian, Blackstone o Valdor de turno. Invisibilizan y silencian nuestras reivindicaciones por condiciones de vida que hagan que la vida sea verdaderamente vida: hecha de risas, de amor y de estar juntas.
Eso se hace en El Lokal: tejer, día a día, relaciones, complicidades; resistir y organizarse. Contribuir no solo a que el pensamiento revolucionario, los análisis, los dibujos, las letras y las palabras de los compañeros y compañeras circulen, sino también a que nuestro Lokal, siempre abierto, sea un punto de encuentro e intercambio.
Hace 13 años que vivo en el Raval, y mucho más que vivo en Barcelona, peregrinando de un barrio a otro, y entre una lucha y otra, El Lokal siempre ha sido una referencia. Basta con pasarse por allí para comentar, informarse, encontrar el material necesario para organizarse, o simplemente para charlar y debatir.
Pero eso de estar de permanencia ha sido diferente. En estos muchos meses ya de permanencia, he podido constatar y observar lo que es El Lokal: una estructura y una infraestructura del movimiento, no solo para el barrio, sino también para la ciudad. E incluso —y no estoy exagerando— un referente simbólico para todo el Estado y para compañeras y compañeros internacionales, de otros países.
Durante la permanencia, me piden recursos: megáfonos, equipo de sonido, plásticos para pancartas… Desde los jóvenes socialistas —¡que Dios los perdone! jaja—, pasando por el Sindicato de Habitatge, hasta las maestras o los padres del AMPA de escuelas e institutos. Por allí pasan compañeras en solidaridad con Palestina y Kurdistán, las de apoyo a presos anarquistas, las putas, las locas… Y no voy a nombrar ahora a todos los colectivos o luchas que se aglutinan alrededor de estos días de lentos quehaceres: pedidos, devolver, ordenar, clasificar, usar los malditos Excel y preparar paquetes… tareas que solo unos pocos llevan adelante con una entrega indispensable de su tiempo.
Seguimos debatiendo si el trabajo asalariado hay que abolirlo ya y lanzarnos al disfrute del ocio organizando el colapso.
Pero mientras tanto, aquí seguimos, y estamos de fiesta.
¡Viva El Lokal, que siga abierto 24 horas! ¡
Y que pongamos de una vez ese sofá de lectura para empezar con el ocio activo!
Ele.