Por Apostolis Zamparas, 26/11/2020 @ 12.07
[publicación original: https://www.rocking.gr/interviews/hekate/37319]
Las integrantes de Hekátē se presentan a Rocking y hablan de su extraordinario debut, la emancipación femenina, además de la escena y la realidad griega.
Mucha gente, yo incluido, sostiene que la escena griega está experimentando un auge de calidad. Probablemente nunca dejaron de aparecer nuevas bandas interesantes que tenían cosas que comunicar. Las Hekátē son, claramente, una de ellas. Sacaron hace poco su extraordinario debut, “Μέρες Οργής” [Días de ira], que se añade, pero a la vez destaca independiente, a la multitud de discos notables que da, sin parar, la escena griega de punk.
La atmósfera melancólica y profundamente concienciada que emana el synthwave/post-punk de las Hekátē posee una tonalidad particular, que merece atención. Por lo tanto, contactar con las integrantes de la banda fue para mí el único camino. Lydia (voz), Vicky (batería), Jará (bajo) e Írida (sintetizador) aceptaron la invitación y nos revelan el mundo artístico de las Hekátē. La importancia de la emancipación femenina, las temáticas del disco, la particularidad de su sonido, las vivencias detrás de las letras, la escena griega y, naturalmente, el punk en sí, son algunos de los temas que comentan Hekátē con sinceridad y prontitud en la siguiente entrevista.
Buenas tardes, soy Apostolis, espero que estéis bien, estoy encantado de daros la bienvenida a Rocking.gr. ¡Felicidades por vuestro extraordinario debut! Es realmente un trabajo muy interesante. ¿Cuál es el feedback que recibís hasta ahora?
Lydia: Buenas tardes, Apostolis, y muchas gracias. Por tus bonitas palabras y por darnos el espacio de presentarnos. Hasta ahora hemos recibido, curiosamente, solo reacciones positivas. Seguro que habrá gente a quien no le guste el género que tocamos, pero para gustos… No tratamos de satisfacer a todo el mundo, ni cumplir con las expectativas que alguien tenga de nosotras.
Vicky: Buenas tardes, Apostolis, y muchas gracias por la entrevista y tus bonitas palabras. Es verdad que el feedback que recibimos de la gente es muy positivo. Amigos, conocidos y desconocidos también (cosa que nos alegra especialmente), se acercaron a nosotras con los mejores comentarios. Les gustó la música que hacemos, se alegraron de ver nuevas personas haciendo música, se entusiasmaron con la presencia de “personalidades femeninas” en la escena. No olvidaré las reacciones de las chicas después del primer y único, hasta ahora, concierto en la finca Prapopoulou. Dar fuerza y ánimo a través de tu música a personas que se sienten “excluidas” del espacio es algo que teníamos en mente desde el principio, y seguramente es una de las razones más importantes para la existencia de la banda.
Estamos en un segundo confinamiento y sinceramente no veo cómo saldremos de esta situación pronto. ¿Hubo dificultades para la circulación del disco por la pandemia actual?
Vicky: ¡No te puedes imaginar lo ansiosas que estábamos por grabar! Y seguro que no lo habíamos imaginado así. Al principio la grabación empezó sin nuestra cantante porque ella tenía que estar en el extranjero. Grabamos los instrumentos en un período que empezaba a aparecer el virus y cuando terminamos empezó el primer confinamiento. Nos sentimos afortunadas y algo satisfechas por haber hecho nuestra primera grabación como banda cuando empezó. Cuando acabó el confinamiento, nos reunimos todas en el estudio y acabamos el disco. La única dificultad era probablemente la cuestión psicológica de esta situación, que no nos dejaba alegrarnos del todo de lo que acabábamos de conseguir.
Lydia: Sí. La pandemia ralentizó todo el proceso. Mientras que al principio esperábamos que el disco estuviera de vuelta de la fábrica a mediados de septiembre, ¡finalmente llegó a principios de noviembre! No pudimos vivirlo como lo habíamos imaginado, ¡pero el resultado nos gusta y un sueño se hizo realidad!
Habéis tomado vuestro nombre de la antigua diosa Hécate. Concretamente, decís que sois cuatro mujeres con trayectorias diferentes que os encontrasteis en “la noche eterna de Atenas”. ¿Queréis explicar el simbolismo y cuál es esa “noche eterna”?
Jará: Nuestra primera idea era “Dark Entries” de los Bauhaus, ¡que más adelante rechazamos por razones obvias! El nombre Hekátē surgió porque nos identificamos con lo que representa, a nivel musical y personal. En cuanto a la noche eterna, es la hora que nos sentimos libres y creativas, la hora en la que ya no debemos llevar las “máscaras” del trabajo y nos encontramos a nosotras mismas en las calles de Atenas.
Lydia: El nombre de la banda fue idea de Jará. Nos dijo que la diosa Hécate era la diosa de la magia en el inframundo (#onceagothalwaysagoth), la diosa del conocimiento esotérico y de los cambios, simbolizados por los cruces de caminos. Todos estos elementos nos representan. Esta diosa tiene algo muy oscuro y a la vez provocador y femenino. La noche eterna es el lugar donde “habitamos” las cuatro desde hace años: la vida nocturna de la ciudad y del punk, que nos alineó como planetas en una sinastría aleatoria.
Lo que, enseguida, llamó mi atención es la afirmación “Dedicado a todas las ‘otras’ identidades que existieron y existen en todas las escenas del punk de todo el mundo”. Me parece que es indicador de dónde os movéis artística y ideológicamente. ¿Os sería fácil analizar esa afirmación? ¿Quiénes son las “otras”?
Lydia: Existe la creencia errónea de que el punk empezó en Inglaterra por hombres. Eso no es del todo verdad. Probablemente se extendió en lugares como Inglaterra o EE. UU., pero no existió solo ahí. El punk surgió en muchos lugares del mundo a la vez, de diferentes tipos de personas y la gama incluye personas de todas las razas, los colores, las nacionalidades, las orientaciones sexuales, de toda índole. En los 70 no teníamos solamente a los Sex Pistols o los The Clash. Teníamos a los SS en Japón, Los Saicos en Perú, los negros proto-punk en Detroit y los Pure Hell en Pennsylvania, las Castration Squad en LA, las Vulpes en España, las Au pairs en Birmingham, y muchas, muchas más bandas que no eran hombres blancos y heterosexuales.
La diferencia es que, durante muchos años, las historias que se oyeron y se registraron, las voces más fuertes y las presencias más visibles, eran de hombres blancos. Para nosotras era importante recordar a la gente que las “otras” identidades ni eran ni son algo raro en las comunidades punk del mundo, simplemente no han tenido o no tienen la misma presencia o reconocimiento. Además, el término se usa en un tono un poco irónico, por eso la palabra está entre comillas. No consideramos que las identidades establecidas son las de los hombres, pero el registro histórico de la escena mundial del punk da una impresión contraria. Subrayando esto, queremos decir a todas las personas diferentes que “os oímos, os vemos”. Ojalá inspiremos y reforcemos las diferentes identidades para que formen sus bandas. Amplify each other.
Vicky: Como comenté antes, es relevante el hecho de que no haya “diferentes” presencias en nuestros espacios. Con eso me refiero a las diferencias de género, raza, sexualidad, nacionalidad. Es un espacio dominado por los hombres y no debería ser así. Tras haber participado en varias asambleas los últimos años en la escena griega del punk, observé muchas reacciones y actitudes que no me gustaron, ni a mí ni a otra gente. Me dirás que eso siempre habrá. Pero hay personas que se sienten excluidas y no debería ser así, ni aquí ni en ningún lado. Los tiempos cambian, nos convertimos en personas más abiertas y comunicativas, y el mundo, y por tanto nuestro espacio también, hay que evolucionarse, aceptando, percibiendo y adoptando esos cambios.
En el mismo contexto, el título del álbum es una traducción del famoso “Dies Irae”. Queda claro que no os quedéis solamente en la parte teológica pero además “atacáis” los mecanismos represivos de la sociedad. ¿Es posible que la ira sea punto de partida para superar el miedo?
Jará: Lo que estamos viviendo hace un tiempo nos demuestra que los que están en el poder utilizan el miedo para aprobar medidas antisociales, antilaborales y antipopulares. La semana pasada fue el aniversario de la Politécnica [*revuelta en 1973 que marcó el fin de la dictadura], con prohibición de las reuniones y amenazas de multas y detenciones. Afortunadamente la ira funcionó como fuerza motriz para muchas personas que eligieron hacer lo obvio y salir a la calle. El mecanismo represivo siempre utilizará el miedo para conseguir crear ciudadanos “fieles a la ley”, obedientes y sin voluntad, acostumbrados a la indigencia y la miseria. Sintiendo, pues, dentro de nosotras la ira que nos está ahogando, como banda y como personas que están en el mundo DIY y antiautoritario, sacamos inspiración de ella y la canalizamos en nuestras canciones.
Lydia: Claro. La ira conlleva una fuerza impulsora y creo que los movimientos más importantes (políticos, ideológicos, artísticos) contenían una cantidad catalizadora de ira. Cuando podemos coger esa rabia y usarla como combustible, como un medio, entonces nos puede llevar a la catarsis, la curación, pero además al cambio sustancial. Las represiones que recibe la humanidad (desde el fascismo y el racismo hasta el cambio climático y la inestabilidad económica) pueden tener resultados negativos irreversibles en nuestra salud mental. Cuando nos quedamos en la rabia, esa acaba cegándonos, absorbiendo nuestra existencia y convirtiéndonos en sus esclavos. Pero cuando la convertimos en energía transformadora y creatividad, podemos empezar a caminar hacia el aprendizaje, la comprensión, la solidaridad.
Antes de hablar del sonido de “Μέρες Οργής”, queda claro desde los títulos que combináis la lengua inglesa y la griega. ¿Cómo es que no os “limitasteis” a una lengua? ¿Creéis que esta elección refuerza el mensaje de los versos?
Vicky: ¿En una lengua? Me acuerdo de que en los primeros encuentros de la banda se había propuesto la idea de cantar en 3 o 4 lenguas. Queríamos experimentar y teníamos la necesidad de hacernos oír lo más posible.
Lydia: Mi madre es de Inglaterra y me crie bilingüe. No puedo distinguir una lengua como mejor herramienta de expresión, porque ambas lenguas, no solo son parte de mi identidad, pero además son útiles de modo diferente, según lo que quiero decir y el estilo de la canción. Al principio tuve el dilema, si el uso de solo una lengua nos iba a limitar. Por un lado, quería que el mensaje de los versos llegara a mucha gente, pero, por otro, quería que el público griego se identificara a través de lo que compartimos, la lengua. Por ejemplo, los Γενιά του Χάους [Genia tou Chaous] me emocionan mucho más que cualquier otra banda anglófona, justamente porque hablan la lengua con la cual yo también vivo y me comunico diariamente con mis conciudadanos en Atenas.
En cuanto al sonido, os movéis en un post-punk de varios niveles, de synthwave hasta formas más tradicionales y electrizadas, aunque falte la guitarra. ¿Por qué elegisteis crear artísticamente dentro de este contexto?
Vicky: ¿Elegimos? ¡Él nos eligió a nosotras! Aunque todas adoramos a la escena de post-punk, ninguna sabía desde el principio lo que quería sacar. La banda en general, desde el primer día hasta recientemente, se encuentra en una bella etapa de experimentación. Aprendimos a tocar música y a cantar a través de los ensayos. Lydia al principio había venido para tocar la guitarra, algo que no salió finalmente y mejor, porque se giró a la canción y a los versos, ¡llevando a la banda a otro nivel! Al final, me gusta que no tengamos guitarra. Se abre más espacio para el resto de los instrumentos para que “jueguen”.
Írida: No podría decir que se creó por “elección”, no “acordamos” nada de antes, diría simplemente que es lo que nos salió. Nos encontramos y teníamos bajo, batería, voz y sintetizador. Empezamos a tocar y sentimos que nos expresa lo que sale, y no sentimos que era obligatoriamente necesaria la presencia de una guitarra o de otro instrumento. Es una “limitación” que a la vez es un reto y abre nuevos caminos. A partir de ahí, no definimos el estilo que tendríamos. Salió con naturalidad y eso está claro que tiene que ver con nuestras vivencias musicales y el estado de ánimo de cada una de nosotras y de todas juntas (lo del estado de ánimo lo tenemos que mirar porque, si juzgamos del resultado, ¡tampoco estamos tan bien!… jaja)
Escuchando el disco me acordé de lo que exclamaron los Soakie, “there are too many boys on stage”, con quienes compartís sello discográfico. ¿Cuánta importancia hay en vuestra cosmovisión la cuestión de identidad, y cómo esa puede coincidir con la parte artística sin ponerla en un segundo plano?
Vicky: Eeh, tienen razón los chicos de Australia. Por eso, chicas, ¡tomad los instrumentos!
Lydia: Para mí es muy importante, sin que sea necesariamente por encima de la expresión artística. No cambiaré, por fuerza, algo en mi expresión artística solo para que coincida con alguna parte de mi identidad. De todas formas, creo que la identidad de cada persona forma parte de su totalidad, y por tanto actualiza su expresión.
Me gustaría insistir en la cuestión de la emancipación femenina. Queda claro, constantemente, que las identidades políticas tienen la dinámica de influenciar los hechos, como pasó, hasta cierto punto (y en la manera que pasó), en las elecciones presidenciales de los EE.UU. En Grecia, ¿dónde consideráis que nos ubicamos en cuanto a este tema, tanto en lo público como en el contexto de un proceso ideológico más general?
Írida: En Grecia somos menos avanzados comparando con la mayoría de los países del llamado “mundo occidental” en varios aspectos, como lo fuimos y lo seremos siempre. En los setenta, cuando el movimiento feminista estaba en su auge en los EE.UU., en Inglaterra y en otros países del occidente europeo, nosotros todavía luchabamos contra la dictadura. Somos Balcanes, tenemos una Iglesia Ortodoxa de una fuerza importantísima (¡inaceptable!), la institución de la familia (en concreto, la patriarcal) es el centro de la sociedad, pues la imagen del hombre “fuerte”, protector de la familia, y de la mujer-ama de casa que cría a los niños está profundamente arraigada dentro de nosotros -aunque se pueden encontrar ya familias donde la mujer tiene dos trabajos y el hombre se queda en casa para criar los niños, o muchas familias monomarentales/monoparentales.
Da miedo cuando te pillas a ti misma teniendo, por un momento, pensamientos que son reproducción de los clichés con los que te criaste, y aunque crees que los rechazabas, que los has trabajado y expulsado, están ahí profundamente arraigados dentro de ti y en cualquier momento pueden aparecer, aunque sea por un momento, y recordarte que tú también eres producto de esa misma sociedad, y que debes trabajar constantemente contigo misma. Hacen falta muchos años y muchos cambios para superar eso.
Se dan pasos adelante, seguro, pero queda mucho camino. Y a la vez se dan muchos pasos para atrás (en Grecia y el resto del mundo). Por ejemplo, el mismo día que tiene lugar un festival cinematográfico con participaciones de grupos queer de Grecia y los países balcánicos vecinos, en la televisión se emite Big Brother o Bachelor. O el otro día, por ejemplo, ojeando páginas web de noticias, leí que en Berlinale quitan la distinción entre los papeles femenino y masculino para los premios (otra conversación larga esta) y poco después me topé con la noticia de que en Grecia se adopta el cheerleading como deporte oficial en las escuelas… ¿Qué decir ante esto?
Salió vuestro debut por La Vida es un Mus, “casa” también de los Chain Cult, que tiene un papel importante en la escena de hoy. Personalmente, aparte de vuestro disco, me enamoré este año también de los nuevos de los Sial y de los Subdued. ¿Cómo surgió la colaboración?
Lydia: Conocí a Paco, el responsable de LVEUM, en EE. UU en 2013 a través de Maximum Rocknroll donde yo trabajaba. Así que colaboramos, vi cómo trabaja él y tengo muchos amigos en todo el mundo que están en su sello, por tanto, sabía, no solo que su trabajo es de calidad, sino que lo quiere mucho y trabaja duro por las bandas que tiene. Estoy siguiendo durante años su recorrido, y cuando le mencioné que toco en una banda me pidió que le mandara material. Después de escucharlo, sin pensarlo más, me dijo “si vosotras también queréis, me alegraría sacaros el disco”. And the rest is history, como se dice.
Creo que “Soapbox” destaca temprano en el disco. Bastante up-tempo y profundo, una afirmación clara. ¿Hay circunstancias o vivencias que inspiraron esa composición en concreto? Pienso que es la canción más personal del álbum.
Lydia: Claro que está sacada de la vida. Compuse muchos (no todos) de los incidentes negativos que he vivido y sé que han vivido muchas mujeres más. Empieza desde el momento que salimos de nuestra puerta, sigue en el trabajo donde probablemente nos marginan o nos explotan, pero luego exigen que encima sonriamos para embellecer su existencia. Luego se ríen cuando esto nos molesta, como si no fuéramos personas con sentimientos. Para hombres de ese tipo, el sexismo es simplemente un juego: cuanto más nos enfadamos, más puntos ganan. Y cuando decidimos hacer algo nuestro, que no les incluye porque nos hartamos de luchar por el respeto, se sienten apartados, excluidos, aunque históricamente poseen y ocupan la mayor parte del espacio.
Acostumbrados a los privilegios, especialmente los hombres blancos y heterosexuales, de repente viven la liberación y emancipación de género y de raza como opresión. Y de ahí el verso irónico “the world is so unfair for a straight white man”. Se olvidan de dos cosas primordiales: el primero es que la libertad de una persona es precondición para la libertad de las demás. El segundo es que la emancipación de las mujeres no significa que los hombres tienen que perder algo. Los que se sienten así, probablemente lamentan el hecho de que ya no tienen la libertad de hacer y decir todo lo que quieren sin consecuencias.
Ya que tenemos diferentes vivencias de la mayoría de las bandas griegas, formadas principal o exclusivamente por hombres, pensé que era importante reflejar esa diferencia en algunos versos, como elemento unificador para las mujeres y las feminidades, pero además como posible herramienta de ejercicio para los hombres que probablemente no se han puesto a reflexionar sobre el sexismo y el patriarcado, y que quizás no han pensado que los perpetúan sin darse cuenta.
Por el contrario, “Καλοκαίρι 2018” [Verano 2018], el cual, si no me equivoco, se refiere al incendio en la Ática del este, es la primera canción en griego del álbum. ¿Por qué os centrasteis en este hecho? ¿Hay alguna conexión con la formación de la banda (porque leí que se formó el mismo año)?
Lydia: Sí, hay una conexión directa en dos niveles. El primero es que la banda se formó la primavera del 2018 y esos incendios trágicos en las regiones de Mati, Rafina y Nea Makri tuvieron lugar unos meses después. Este hecho fue un golpe para todo el país, para nosotras también. A nivel personal, perdí mi casa en el incendio de Penteli (1995) y he vivido de primera mano ese tipo de pérdida, ese hecho me marcó. Además, un día antes del incendio de Rafina, estuve ahí con toda mi familia, ya que teníamos una caravana en Kokkino Limanaki. Nos fuimos solo porque teníamos que llevar a mi hermana al aeropuerto. Si hubiéramos pasado una noche más ahí, seguro que nos habríamos quedado [durante el incendio] con la esperanza de salvar algo o ayudar de alguna manera. Y probablemente los cinco estaríamos ahora muertos. Por tanto, es de profunda importancia para mí, tanto la canción como el hecho de que cada año el país se prende fuego sin que nadie asuma la responsabilidad política.
Con la misma canción participasteis en la iniciativa para apoyar a los refugiados de Moria [campo de refugiados en la isla de Lesvos] a través de la colección Unity Vol. 1. Fuisteis unas de las 160 participantes en una iniciativa sin precedente para el país, por ser tan masiva. Cuando se publicó en boletín informativo vimos muchas reacciones, de todo el espectro “político”… ¿Qué responderíais a los que insisten en acusar a los artistas griegos que toman posición, tanto en la cuestión de los refugiados, como en muchas otras?
Írida: Haters gonna hate, es lo que pienso que contestaría. Es derecho absoluto (por no decir obligación), como persona y como ser social, tomar posición en algunas cuestiones. Obviamente hay opiniones contrarias y está claro que es derecho tuyo expresar tu oposición. En teoría hasta puede haber diálogo productivo entre los lados opuestos. Sin embargo, por desgracia, prevalecen monólogos y delirios de tipos y colores diferentes en todos lados, en el parlamento, en la tele, en el taxi, en el café, en las redes sociales… El límite es fino, hasta dónde intentas dialogar y dónde dejas de intentarlo y simplemente les ignoras. Sea como sea, tomar posición es siempre tu derecho, y tu obligación.
Jará: Considero que es obligación de cada una de nosotras tomar posición en cuestiones sociales de tal importancia, independientemente de si es artista o no. Es derecho de cada uno opinar diferente y expresarlo. Nosotras elegimos no ser indiferentes. Por eso decidimos participar en esa iniciativa como banda. No veo nada malo en que una banda utilice su material para ayudar a gente que está en necesidad.
“Καταραμένο σύνδρομο” [Síndrome condenado] es mi momento favorito del álbum. ¿Queréis comentar la temática de los versos? ¿Elegisteis un estilo diferente también en las voces, hubo influencias concretas?
Lydia: Los versos de esta canción, como se anota en los créditos del álbum, son de un poema que ha escrito mi compañero, Lefteris Giakoumakis, y es de un cómic titulado “Διχάλα” [Encrucijada]. Está basado en una métrica para cuartetos, llamada rubaiyat, que usaba el “astrónomo-poeta” persa, Omar Jayam, uno de los poetas favoritos de Lefteris. Lo he usado, primero, porque me gustó muchísimo el uso del lenguaje, y segundo, porque, como deus ex machina, me di cuenta de que encajaba perfectamente en la métrica que intentaba escribir para esta canción. Escribimos juntos los dos últimos pareados, para que haya coherencia con el resto, y para que, además, expresen una temática común que nos preocupaba: la muerte de nuestros amigos.
Lefteris había perdido a su amigo, Thanasis, y nosotras a nuestro amigo, Vaggelis, y queríamos que esta canción fuera en memoria de estas dos personas, y de todos los amigos que murieron injustamente. Conocí a Vaggelis en 2010 en Katarameno Sindromo [Síndrome condenado] (ahora Fundación 2.14), en el cual fui miembro también, y quería con el título reflejar la sensación que tenía después de su muerte: que, por definición, todos los vivos estamos condenados a morir, y vivimos bajo tierra, en sótanos y tumbas. Así que mi voz salió así, guiada por la emoción. Debo confesar que en muchos ensayos he llorado con esta canción.
En general, cuando las voces se hacen más agresivas, me vienen a la mente Eve Libertine y Joy de Vivre de los Crass. ¿Hay músicos y personalidades femeninas que os inspiraron?
Jará: A mí personalmente me han inspirado, en cuanto a la música, bandas con presencia femenina, tanto en las voces como en los instrumentos. De todas formas, ¡la voz es también un instrumento! Bandas consideradas ya clásicas, como los Sonic Youth, Siouxsie and the Banshees, los Xmal Deutschland, los Parálisis Permanente, y más contemporáneas como los Belgrado, los Otzi y los Sect.
Írida: Las L7 eran para mí las primeras que admiré. Mencionaré también a las Electrelane. A Gudrun Gut por toda su trayectoria y a Alisja Trout de los Lost Sounds por la intensidad de la voz y el sintetizador (¡de otro mundo!). Mi gran amor, sin embargo, es Toody Cole de los Dead Moon. De la escena griega, a las Nonmandol y en concreto a Eva, quien conozco además personalmente y considero una presencia especial en la escena musical de Atenas, y a Sonia de Ναυτία [Naftia] y Αθίγγανους του Σύμπαντος [Athiganous tou Simpantos], quien no conozco personalmente. ¡Ah, también a Efi Sarri!
Lydia: Sin duda. El anarcopunk siempre me ha gustado, a nivel musical y político, y esa agresividad que tú dices, seguro que se ha grabado dentro de mí desde la adolescencia. Creo que las primeras personas que me inspiraron fueron la andrógina Marlene Dietrich y el muy querido gender-bender David Bowie. Más tarde en mi adolescencia fue Brian Molko de los Placebo, Debbie Harry de los Blondie, Laura Pleasants de los Kylesa, Jarboe, Cosey Fanni Tutti de los Throbbing Gristle, y muchas más presencias anticonformistas, como Siouxsie Sioux, Wendy O. Williams de los Plasmatics, Prince. De la escena griega, mi primera y eterna inspiración es Yianna de Χειμερία Νάρκη [Cheimeria Narki], y me alegro mucho por habernos hecho amigas!
Vicky: Mis primeras experiencias eran post-metal y sludge. Me acuerdo de los chillidos de Julie Christmas, y la presencia fuerte de Laura Pleasants. Me atrajeron, aunque no tocan mi “instrumento”, porque eran algo nuevo y “salvaje” comparando con lo que estaba acostumbrada a ver (hombres fuertes tocando metal por todos lados). Desde que empecé a escuchar punk, ¡ni te cuento! ¡Riot Grrrlzz everywhere!
El álbum cierra con el magnífico colaje acústico “Αθήνα” [Atenas]. ¿Qué queríais conseguir con esta adición, y en concreto, ¿qué incluye este paisaje acústico? De todas formas, transmite una sensación de decadencia urbana.
Lydia: “Αθήνα” [Atenas] viene como resultado de un intento mío personal que se titula ΨΗΧΟΣ [juego de palabras con “frío” y “sonido”] y comparten una estética y aproximación similar. Se compone de field recordings [grabaciones de campo] de Atenas y el campo griego, con una frecuencia que, pasando los minutos, se intensifica y se hace más cargada y violenta. Incluye sonidos de la naturaleza, de tabernas en Monastiraki y parques infantiles, con la canción de Markos Vamvakaris “Χτες το βράδυ στο σκοτάδι” [Xtes to vradi sto skotadi -música de rebético] en el fondo, dibujando de esa manera una línea conectora entre el sonido prohibido del rebético del pasado y el hoy.
Poco a poco escuchamos a palomas peleándose, cerdos en un redil y la radio de la policía. Continúa con sonidos, voces, eslóganes y gritos de manifestaciones en el centro de Atenas, el sonido de una máquina de escribir que funciona en un ritmo maniático, un tributo a la importancia de la independencia de la prensa, culminándose en los sonidos explosivos de granadas aturdidoras y cegadoras, de molotov y el derrumbamiento de un edificio. Todo eso funciona como metáfora de la violación de los derechos, la reacción a esa violencia a través de la resistencia urbana y el repentino derrumbamiento de la humanidad. Acaba con cuervos y campanadas fúnebres.
El objetivo era doble. El primero era la representación de una vida diaria “segura” a través de sonidos que tradicionalmente relacionamos con la “felicidad” griega, en contradicción con el centro urbano, tomado por la policía, que está en ebullición. El segundo era invitar a los oyentes a “escuchar” la ciudad. Prestar atención a la fuerza del sonido y al acto de escuchar, y pensar las maneras en las que la polución acústica de las ciudades invade, sin cesar, a nuestros sentidos diariamente.
Siento que, en la última década, el post-punk griego, y el synth-punk en concreto, ¡están en auge! ¿Queríais proponer cinco discos para el lector que quisiera introducirse?
Írida: Regressverbot-“Music for Ordinary Life Machines”, Doric – “A Distorted Reality”, Πανδημία [Pandemia]/Era of Fear- split LP, Phoenix Catscratch – “Nectar & Wrinkles”, Chain Cult – “Isolated”, Γεμάτος Αράχνες ρε Φίλε [Gematos arachnes re file] (quizás añadiría a Abra Macabra, aunque son del 2008… ya ha pasado una década).
Lydia: ¡Yo propongo los Πανδημία [Pandemia], ΟΔΟΣ 55 [Odos 55], Cold i y seguro Gay Anniversary!
Vicky: La respuesta es exactamente lo que fue un concierto en vivo en calle Kallidromiou en 2012 si no me equivoco: “ΟΔΟΣ 55 [Odos 55], Πανδημία [Pandemia], Era of Fear, Gay Anniversary”. Quisiera añadir a los Σκοτοδίνη [Skotodini] y agregar a un disco que es lo mejor para un paseo con los auriculares puestos en nuestra Atenas miserable y vacía: Blakaut- “Συσκότιση” [Siskotisi].
Hace unos días publicamos un tributo a los 100 discos de rock en griego. La escena griega tiene cierta tradición en el estilo que presentáis, desde Αντί [Anti]…y Χωρίς Περιδέραιο [Choris Perideraio] hasta el día de hoy. ¿Consideráis a vosotras mismas como continuadoras de ellos de alguna manera?
Jará: ¡El mero hecho de que te vengan a la mente los Αντί [Anti]…y Χωρίς Περιδέραιο [Choris Perideraio] cuando nos haces esta pregunta es para mí un gran honor! Son para mí una gran inspiración, los escucho sin parar desde hace años y cada vez que los escucho ¡siento siempre la misma tensión y escalofríos! Me parece que la palabra “continuadoras” suena arrogante.
Lydia: Influenciadas sí, pero conscientemente continuadoras no. Bandas como los Αντί [Anti], los Metro Decay, los Χωρίς Περιδέραιο [Choris Perideraio], me han inspirado profundamente. Dado que el sintetizador es un instrumento principal en nuestra composición, y está guiando la parte melódica, bandas como esas son sin duda un punto de referencia para nosotras, sin que nos estén guiando al cien por cien. No fue nuestro objetivo hacer que sonemos como esas bandas, pero el hecho de que las tenemos mucho cariño está claro que tuvo su papel.
Írida: No diría “continuadoras”, sería antes que nada arrogante. Seguro que son un gran amor, influencia y respeto. Eso.
Ya que mencioné la escena griega, vosotras también subrayáis el hecho de que, en cuanto a vuestra voz artística, hay pocos antecedentes. ¿A qué pensáis que se debe esto? Creéis que hay problemas, no solo en la sociedad, pero también en la escena, ¿que no permitieron a casos como el vuestro florecer?
Lydia: Está claro que hay problemas en la sociedad, y cualquier escena musical es el reflejo de la sociedad que la parió. No es que cada escena sea atrapada por los problemas sociales, pero muy pocas escenas evolucionaron al vacío. La escena del punk surgió como una reacción a la putrefacción de la sociedad y quiero pensar que la escena del punk actual sigue creando como reacción y antídoto a esa putrefacción. Uno de los problemas que observamos es la marginalización de lo diferente. La presencia más limitada de otras identidades dentro de una escena del punk (de mujeres, queer, trans, de otras razas y nacionalidades) seguro que no es un fenómeno que se observa solamente en Grecia. Pero, ya que como país somos más atrasados en cuestiones de la igualdad de género y del reconocimiento o la bienvenida a lo diferente, esto se observa también en subculturas como el punk.
Es además cuestión de la evolución histórica y del progreso del país. Como país somos 90% blancos, cristianos ortodoxos y griegos. No existe la interacción de países como Inglaterra, los EE. UU., Francia o Alemania. Ellos, por otro lado, tienen otros problemas. Pero cuando ves que no estás siendo representado en un grupo de personas, como en una escena musical, y en concreto, encima del escenario, es más complicado identificarte con ella. Cuando además recibes indiferencia, burla o hasta enemistad, entonces probablemente no te vayas a sentir cómodo o no tendrás el interés de involucrarte. El ejemplo que se te da, o lo que te transmite la sociedad y el entorno desde una edad temprana, tiene gran importancia para el desarrollo de la personalidad de una persona y la confianza en sí misma.
Si de una generación a otra se crea la impresión a las niñas de que no pueden tocar la guitarra o la batería (es mejor que hagan balé) o cuando, al contrario, dicen a los niños que no es correcto hacer balé (mejor jugar al fútbol), lo más probable es que no lo intenten nunca. Cuando más tarde tienes que enfrentarte a lo mismo o a actitudes similares dentro de una escena, entonces todo se convierte en más desesperanzador aún. Bueno, en teoría, el punk va en contra de los estereotipos de género, sin embargo, algunos prejuicios interiorizados hace falta que pasen varias generaciones para que se derrumben. Cuanto menos espacio das a lo diferente para que se exprese, más te convences a ti mismo que lo diferente no puede expresarse, ya que se reproduce la homogeneidad por un círculo vicioso de exclusión y alienación. Lo seguro es que, cuantas más identidades reclaman a este espacio, más variado será, y creo que esto solo nos puede beneficiar.
Írida: Estoy totalmente de acuerdo con Lydia. Quería añadir, como comentario general, para que no parezca que “demonizamos” a los hombres heterosexuales en su totalidad, que seguramente ellos también son “víctimas” de ese problema. El prototipo del hombre cazador y del hombre fuerte es algo que obviamente oprime a muchos de los hombres. Cada persona tiene sus debilidades e inseguridades y es horrible tener que ocultarlas, estar prohibido que las confieses incluso a ti mismo, hasta pretender ser algo que no eres para poder sobrevivir. Y por eso, toda esa lucha por el respeto mutuo y la aceptación es una lucha para todas las personas, independientemente de su origen, género y orientación.
Si eligierais cinco discos de la escena griega (punk o alternativa) que consideráis que son imprescindibles para entender su evolución, ¿cuáles serían?
Írida: Diré algunos que se me ocurren ahora, reservando las dudas… quizás la lista mañana sería otra. En el contexto del punk diría “Διατάραξη κοινής ησυχίας” [Diataraxi koinis isixias] (1984, colección con los Γενιά του Χάους [Genia tou chaous], Γκρόβερ [Grover], Ex Humans, Panx Romana, Stress), “ΑΝΤΙ” [Anti] (1986), Πανικός– “Ο Πόλεμος συνεχίζεται” [Panikos- O polemos sunexizetai] (1990), “Antimob” (2012), “ΟΔΟΣ 55 [Odos 55] (2016).
Está claro que los Τρύπες [Tripes] también para la escena griega de rock/alternativa en general, como además creo importante la apariencia de los Terror X Crew, sin conocer mucho esa escena [hip hop]. Los Acid Baby Jesus creo que son una importante apariencia (anglófona) más reciente.
Lydia: Los Γενιά του Χάους [Genia tou chaous] – “Γενιά του Χάους” LP (1986), ANTI – “ANTI” LP (1986), Αδιέξοδο [Adiexodo] – “.38” LP (1986), ANTIMOB- “Antimob” LP (2012), Gay Anniversary – “Μουσική για την οικογένεια” [Mousiki gia tin oikogeneia] LP (2019).
Jará: Χωρίς Περιδέραιο [Choris Perideraio] – “Χορός για μουσική” [Choros gia mousiki](1985), Αδιέξοδο/Γενιά του Χάους [Adiexodo/Genia tou chaous]– “Καλή σας όρεξη” [Kali sas orexi] (1985), Sarabate- “Remnants” (2011), ΟΔΟΣ 55 [Odos 55]- “Οδός 55” (2016), Chain Cult – Demo (2018), Gay Anniversary- “Μουσική για την οικογένεια” [Mousiki gia tin oikogeneia] (2019).
Vicky: ¡Totalmente de acuerdo!
Última pregunta, y quisiera agradeceros vuestro tiempo. Dejando a un lado la pandemia, y tomando en consideración que la entrevista tiene lugar en medio de un segundo confinamiento, tenéis algún plan para el futuro? Cerrad la entrevista como queráis.
Írida: Las palabras “futuro” y “planes” son bastante graciosas en estos días, es verdad. Está claro que hay ganas para concierto en vivo y nuevas canciones… pero mejor no decir mucho, nos reímos. Que estemos bien, de cuerpo y de mente, y ¡que salgamos de esta locura lo antes posible!
Fotos: Michalis Kiriasidis