Desde nuestro colectivo, queremos denunciar el atropello, la ilegalidad y el estado de vulnerabilidad en que el Ajuntament de Barcelona nos deja al precintar nuestro sitio de trabajo y emblema de nuestra lucha.
En el día de ayer, 19 de marzo de 2015, y aprovechando nuestra ausencia, el Ajuntament de Barcelona del distrito de CiutatVella entró ilegalmente en el piso expropiado por el Ajuntament de la calle Robadors 25, dejando en evidencia el control social que ejerce el Estado sobre los movimientos sociales (¿cómo supieron ellos el único día que no estuvimos en casa?, ¿por qué no respetan los acuerdos verbales a los cuales, mediante mediación hemos llegado?)
El señor Trias y la señora Mercè Homs, no sólo castigan nuestra visibilidad y reivindicación como trabajadoras del sexo expulsándonos de nuestro barrio, el Raval, histórico espacio de trabajo, sino también nos dejan en unas condiciones laborales más precarias aún de las que ya padecemos.
Este plan de uso y gentrificación sólo beneficia a las mafias inmobiliarias y a empresarios proxenetas que nos querrán encerrar en sus macro-prostíbulos.
Claro está que las Putas Indignadas somos y seremos un grano en el culo de los especuladores capitalistas.
¡Las Putas Indignadas somos autónomas, autoorganizadas, feministas y no permitiremos que ni el Estado ni los empresarios expropien nuestros cuerpos, dinero, pensamientos y luchas políticas!
¡Putas Indignadas es Raval!
Paula Ezkerra,
portavoz de Prostitutas Indignadas.