Como sabéis, la situación del Àgora los últimos años ha sido, cuanto menos, complicada. Llevamos casi un año con mucho debate para acordar asambleariamente cómo abrir el Àgora de la mejor manera posible. Teníamos dos problemas encima de la mesa: la situación sanitaria y, sobre todo, el más importante, la dificultad para abrir el Àgora de forma segura, pues se habían dado episodios de violencia en el espacio y éramos muy pocas personas para abrir y afrontarlos con garantías.
Empezamos a abriendo el Ágora en marzo de forma gradual, primero solo para hacer actividades, bajo la idea de organizarnos para abrir al público en los siguientes meses. En abril-mayo la situación se descontroló totalmente con varios episodios de violencia muy graves que nos llevaron a un estado de crisis. Eso tenía la asamblea paralizada y por ese motivo la apertura del Ágora a todos los públicos no se había podido abordar.
En este contexto, hubo algunas personas que decidieron, por su cuenta y sin pasar por la asamblea, que iban a utilizar el espacio cuando y cómo quisieran, y empezaron a abrir el Ágora fuera de lo acordado. De este modo, comenzaron a acosar, amenazar y vejar a muchas compañeras cuando a éstas personas se les recordaba cuáles eran los acuerdos que se habían tomado en la asamblea y que, dados los numerosos conflictos existentes, estaba siendo imposible llegar a nuevos acuerdos por falta de tiempo para debatir.
En lugar de disminuir con el tiempo, su posición fue aumentando en el nivel de violencia, cada vez contra más gente. Manteniéndose en sus amenazas, llegaron a forzar y romper el candado de la puerta si lo consideraban necesario, en múltiples ocasiones. Se tomó la decisión de que estas personas dejaran de participar de la asamblea, por generar un ambiente irrespirable y fuera de toda voluntad de llegar a acuerdos. En este contexto, se convoca una asamblea de urgencia el 22 de junio, convocando a colectivos e individualidades para redirigir la situación.
A pesar de los esfuerzos de mucha gente, ha habido quien no ha cesado en estas actitudes. Finalmente, la asamblea decidió que dos de estas personas no podían acceder al espacio.
En consecuencia, por decisión de la asamblea, desde hace unas semanas P. y A. no pueden entrar en el Àgora. Sin embargo, esto no ha impedido que acudieran en algunas ocasiones y, tras repetirles que no son bienvenidos, violentaran y agredieran a diversas compañeras.
El pasado miércoles 14, alentados por unos pocos y ante la inacción de otros estas dos personas entraron en el Ágora en actitud amenazante (uno de ellos se armó con un cuchillo) agrediendo verbalmente a todas las compañeras de Putas libertarias presentes, y finamente uno de ellos golpeó en la cabeza, escupió y vejó a una compañera de Putas Libertarias. Por suerte, unos compañeros pudieron parar al agresión. Tras cometer la agresión, los agresores llamaron a la GUB victimizándose mientras aún empuñaban un cuchillo.
En consecuencia de la agresión del 14 de julio a nuestras compañeras, el próximo día 27 se celebrará un juicio rápido, donde estaremos dando apoyo e invitamos a todas las compañeras a mostrar su apoyo.
En primer lugar, mostrar todo nuestro apoyo y afecto a la compañera agredida, y a Putas Libertarias por su compromiso incondicional con el espacio, por dar un paso adelante y asumir la mayor parte de las permanencias semanales y poner todo el empeño para que la situación mejore. Durante este mes, tras la convocatoria de urgencia realizada el 22 de junio, no dudaron en ponerse en primera fila para intentar llegar a acuerdos que permitieran seguir adelante.
En segundo lugar, mostrar nuestra enérgica repulsa a quienes han alimentado, jaleado y orquestado este tipo de actitudes violentas y agresiones en la búsqueda del propio beneficio, poniendo en riesgo un espacio colectivo construido por los movimientos de toda Barcelona y tantos otros lugares. Desde intentar apropiarse mediante artimañas legales del Àgora, hasta provocar brazo en alto e infundir temor a quienes participan en el espacio, estas agresiones son un ataque directo no solo contra las personas, sino contra la esencia colectiva, asamblearia y autogestionaria de nuestros espacios liberados.
En tercer lugar, llamar a todas aquellas personas y colectivos a apoyar y participar en el Àgora en este momento tan crítico, pues a día de hoy nos encontramos en un punto de inflexión donde, sin suficiente apoyo, se podría perder el Àgora como hogar de todas las luchas y resistencias, privatizándose para beneficio de unos pocos.
Por último y lo más urgente, convocamos el día 27 de julio a las 11.30 h. en la Ciutat de la Justicia para dar todo nuestro apoyo a nuestras compañeras en el juicio que se celebrará a las 12h.
Si nos tocas a una, nos tocas a todas,
Ágora Juan Andrés Benítez
23 de julio de 2021