No hay una respuesta única, están pasando muchas cosas, contradictorias y algunas imprevisibles, quizás lo más claro es que no se sabe que pasará, normalmente no hay nada que hacer, todo está previsto, ahora mismo no se sabe, es incierto y eso asusta y da miedo a la vez que abre posibilidades.
Por arriba el estado ha cerrado filas impidiendo cualquier movimiento que ponga en cuestión el orden y la ley, ha puesto en marcha soluciones represivas sin dar ninguna salida política dialogada al conflicto, lo que ha hecho que crezca y se convierta ya no solo en una cuestión sobre la independencia sino en una cuestión sobre las libertades. Utiliza el conflicto catalán para endurecer y reprimir cualquier avance y ganar réditos electorales sin importarle el precio. Ha puesto en marcha la maquinaria judicial policial y legal, presionando a las empresas para que cambien la sede y huyan de Catalunya, interviniendo las finanzas de la Generalitat, buscando el apoyo internacional, tanto de la UE como de los estados miembros. Por arriba se han cerrado filas.
Por parte de la Generalitat, sigue adelante jugando a varias cartas, no hay que olvidar que gran parte de todo lo que ocurre tiene que ver con aspiraciones populares y reacciones frente a la arrogancia, violencia y desprecio del estado, también por supuesto tiene que ver con intereses políticos y de poder por parte de los partidos independentistas y sus organizaciones cercanas.
El caso es que en el día a día se crean Comité de Defensa en muchos casos del Referéndum y en muchos otros del barrio y de las libertades. En muchos pueblos y barrios mezclados por gente de los movimientos de base, libertarios y autónomos e independentistas también de base y progubernamentales. Los sindicatos anticapitalistas convocan una huelga general a la que se suben los más de orden y convocan un Paro de País y ocurre lo nunca visto, se para en lugares donde nunca antes se había parado a la vez que se articulan estructuras de base activas y autónomas, es un hervidero de iniciativas populares que han ido practicando la desobediencia civil directa y no violenta.
El consumo de plástico de pancarta que tenemos en el lokal ha crecido de forma exponencial, movimiento estudiantil y de barrios no paran de moverse, el lunes pasado en el Raval – Ciutat Vella, teníamos nueves desahucios y acudieron a la llamada de stop desahucios unos cuarenta estudiantes movilizados que se sumaron a las acciones. Se venden más directas (medios alternativos), se cierran cuentas en los grandes bancos y crecen las propuestas alternativas. Las iniciativas populares desbordan continuamente los espacios institucionales, se nota un exceso de celo por parte de las organizaciones de controlar el movimiento para evitar provocaciones pero también por miedo al desborde. La gente sabe en la mayoría de los casos y como y cuando debe actuar. Miles de personas han hecho sus primeras asambleas, sus primeras manifestaciones, sus primeras acciones pero siempre está ahí la memoria de las luchas que pone en común y moviliza. La calle es un hervidero de discusiones.
Hay una ofensiva por hacer pasar el desafío catalán solamente como algo egoísta, como privilegio de unos pocos, como desprecio al resto. Se nota en los medios de comunicación y en las preguntas y debates que nos llegan del resto del estado, de familiares y amigos. Hay miedo y preocupación. También es cierto que hay y habrá solidaridad. Hay que hacer un esfuerzo porque los cambios amplíen las libertades de todos. Va para largo y nos jugamos mucho. Si pasa la reacción vendrán tiempos aún más oscuros y si la frenamos ampliaremos las libertades y los derechos para todos.
Mucha gente nos mira con ilusión, entienden lo que ocurre y lo ven con simpatía, otros con miedo y con preocupación porque los juegos de poder no se impongan sobre la gente, que es la que siempre paga el costo. No hay marcha atrás, hay que seguir el día a día peleando por lo que es justo. Es agotador, estresante y no permite la calma suficiente para pensar. Hay que confiar y luchar para que no sean tiempos oscuros y reaccionarios sino libertarios y justos. Y reforzarnos y organizarnos más y mejor.