Edición en vinilo de La Furia, ya a la venta a 12€

Revista Masala, nº 74
6 juny, 2017
Projector
4 maig, 2017

Tienes en tus manos la versión en vinilo de esta mítica cinta que apareciera en el post-NO92 del pasado siglo; una cassette que forma parte de la banda sonora de nuestras vidas. Cerrando los últimos flecos de esta reedición -sentida como especial-, tratamos de poner en orden algunos detalles de este trabajo, con la intención de refrescar la memoria de quienes disfrutásteis las canciones en su momento, así como situar un poco a quienes las descubren ahora. Escuchar a The Clash con las letras adaptadas al castellano y entender unos mensajes que apenas intuíamos por nuestro mediocre inglés, hizo que llegáramos incluso a apreciar más estos temas que los originales. Sin duda alguna los textos suponian un interesante valor añadido en aquella relectura del cancionero de los londinenses. A partir de las letras que cuidadosamente Sagrario Luna tradujo al castellano en su biografia sobre la banda, “The Clash” (Editorial Cátedra, 1988), Chispes y Pakote revisitaron y adaptaron unos textos para conectarlos acertadamente con nuestro contexto más cercano, con guiños a las luchas sociales y debates del momento: post-92, Maastricht y el nuevo proyecto europeo, la efervescencia de las radios libres, la insumisión,…

Unas letras por desgracia tan vigentes hoy como lo fueron en los 70 o en los 90: explotación laboral, miseria generalizada, violencia imperialista, justicia burguesa, control social, drogas alienantes, manipulación informativa, recuperación mercantil de cualquier clase de disidencia, cárcel y asesinatos… Un panorama desalentador y un sometimiento cada día más técnico y refinado, que nos obliga a prepararnos más y mejor para plantear la batalla si no queremos quedarnos en la simple resistencia virtual, o entregarnos con fe pseudoreligiosa a los cantos de nuevos partidos y líderes que nos venden una moto. Moto que ya demostró no arrancar hace ya demasiado tiempo. Insistimos en esa vigencia de las letras: cuando las lees o vuelves a escuchar las canciones, resulta inevitable conectar con nuestro presente. Escuchando “Seguro hogar europeo” no podemos evitar pensar en la actualidad del infame y perverso proyecto europeo, así como en el drama de las personas refugiadas. Oyendo “Aburrido de los USA” sentimos el peso cansino de ese protagonismo y dominio de los Estados Unidos -lo vimos con los Bush, Obama y ahora con Trump-. Pinchamos “Alguien cayó muerto” y nos vienen a la mente casos cercanos como la muerte de Juan Andrés Benítez, gay asesinado por agentes de los Mossos en el Raval de Barna (2013); como Patricia Heras “suicidada” a partir de un desquiciante montaje policial (2011); como Pedro Álvarez, asesinado por un policia en L’Hospitalet (1992); y como tantas otras personas anònimas caidas muertas en la deriva impune de nuestros dias. Son solo pinceladas de esa validez para conectar con nuestro presente. Seguro que tú encuentras otras.

EL LOKAL, LA FURIA, LAS DISTRIS

La Furia “Por algo más que por gusto” fue editada por El Lokal en 1993 con una tirada inicial de 500 copias, siendo reeditada más tarde variando el color de la portada. Tal como nos indicaba Òscar (entonces en El Lokal, y posteriormente en la editorial Virus), “el libreto que acompañaba al K7 era una auténtico trabajo de artesanía como sólo se hacía en la época, y no pudimos imprimir tantos libretos de una tacada. Gracias a los compañeros del Taller de So, pudimos utilizar la copistería de la Facultad de Telecos, el CEPET, cooperativa gestionada por los propios estudiantes de la universidad, y fotocopiamos allí todo el librito pagando sólo el papel (20 páginas formato K7 con cubierta con papel de color), guillotinando y grapando con mucha paciencia entre Joan -uno de los dos técnicos de sonido- y yo”.

La edición de la cinta de La Furia cabe entenderla dentro de la singularidad de materiales surgidos a partir de finales de les 80 desde la órbita de colectivos antiatutoritarios, autónomos, alternativos,… Es a finales de esa década cuando surgen las primeras distribuidoras alternativas: Gato Salvaje en Madrid, El Lokal en Barcelona (1987) o DDT en Bilbao. Entre el 92 y 94, surgiria una nueva ola de distris en otros puntos: Mala Raza (Zaragoza), Soroll (València), Comú (Castelló), SKP (Madrid), Pozoin Banaketak (Laudio), Eguzki Banaketak (Iruña),… Un poco antes, en 1991 había arrancado la editorial Virus. Con todo esto se iba configurando poco a poco una interesante red de intercambio, edición y circulación de materiales vinculados a colectivos de base, okupas, libertarios, escena punk,… Las primeras inicitivas de distribución alternativa las podemos situar dentro de un contexto más amplio, en el que se conectan revistas como La Lletra A, Resiste, Sabotaje, Masacre, Stop Control; el trabajo de las Agencias de Noticias Alternativas en comunicación con las emergentes y diversas Radios Libres. De estas redes nacen las distris y sellos discográficos que editan como apoyo a las luchas y para dar espacios a la elaboración de materiales antiautoritarios, contraculturales en todos los formatos posibles: libros, folletos, música, ropa, fanzines y otros materiales de apoyo a colectivos. Son años en los que poco a poco se van configurando espacios físicos de referencia: bares, Centros Sociales Okupados, librerias alternativas, Ateneos y xiringuitos en la calle junto con los conciertos. Son incontables las iniciativas que se desarrollan, con sus altibajos que demuestran que se pueden desarrollar alternativas desde la autogestión y la autoorganización al margen del mercado. Sobre la experiencia y desde la autonomía se van estableciendo los mínimos para que la cosa funcione y a pesar de todo funciona.

Como deciamos, durante los 90 y la década siguiente, en muchos lugares nacen distris y puntos de distribución que permiten que todas estas iniciativas culturales y políticas se difundan. La Furia, como tantas otras fue una más de estas experiencias de colaboración entre grupos, distris y un entorno de personas comprometidas. Se intercambiaron, se escucharon y se vendieron para apoyar las luchas y los espacios como se sigue haciendo hoy en las formas de siempre y las nuevas. Desde la distancia, resulta justo destacar la amplitud y gran potencial que demostró la red de colectivos de distribución alternativa, resultando un efectivo canal de difusión al servicio de colectivos rupturistas y una emergente escena musical alternativa. Si se contempla que hablamos de la era pre-internet, donde la producción, circulación de materiales e información iba a otro ritmo, valoraremos mucho más ese papel.

POR QUÉ ESTE VINILO?

Decir que hemos decidido editar esta grabación en vinilo porque es un formato que nos encanta, eterno y al que podemos acudir para leer los pensamientos que contiene más allá de la simple música. Estamos cansados de mercancías de usar y tirar, y de tener que limpiar continuamente nuestro ordenador de archivos musicales que descargamos de forma compulsiva y que al final solo escuchamos de manera superficial, sin apenas profundizar en sus contenidos.

Contradictoriamente, la pasión por los vinilos nos lleva muchas veces al borde del fetichismo mercantil, algo escasamente cuestionado en el gueto punk del cual nos sentimos a veces parte. Así, vemos como últimamente abundan más las reediciones de discos clásicos —muchas veces a precios que ya no parecen tan alternativos, ni mucho menos anticomerciales— y se presta escaso apoyo a bandas actuales. Las circunstancias económicas, así como la inercia del modelo de distribución punk, nos empujan consciente o inconscientemente a la lógica mercantil, priorizando la rentabilidad sobre aspectos más profundos y transformadores.

Nosotros no escapamos a esto y el disco que tienes en tus manos es la prueba. De hecho, esperamos que sea bien recibido y podamos incluso sacar un pequeño beneficio para sanear algo las maltrechas cuentas de nuestros deficitarios microsellos discográficos. Eso sí, no podemos sino mantener el espíritu combativo con el que fue originalmente editada la cassete, y por eso destinaremos dos euros de cada disco vendido para gastos antirrepresivos. También mantendremos la sana costumbre de marcar un precio máximo para evitar — o al menos desenmascarar— a los especuladores musicales. Esperamos que disfrutes de esta edición y que su música y sus letras alimenten tu furia contra el sistema.

El colectivo editor. Mayo de 2017.