La canción del verano, de cada verano: El Raval como territorio de guerra; manteros, delincuencia, inseguridad, menores no acompañados como cabezas de turco de la desigualdad, la violencia, la vida invivible a la que nos tienen condenados quienes hacen negocio comprando y vendiéndolo todo, con la ley a favor, robándonos lo poco que tenemos, expulsándonos de nuestras casas y de nuestros barrios . La doctrina del shock de manual. Claro que la saturación turística atrae todo tipo de delincuencia, la legal y la ilegal, claro que las leyes protegen al rico y al poderoso y deja indefensa a la gente común y corriente, claro que cuanto más pobre eres, menos derechos tienes y caerá sobre ti todo el peso de la ley. Claro que la violencia aumenta y las sufrimos las vecinas (nuestra solidaridad con las personas afectadas y sus familias) y otra vez lo mismo, las soluciones mágicas probadas año tras año: endurecer el código penal, más presencia policial, soluciones que ya hemos sufrido y comprobado desde siempre para llegar al resultado actual. A pesar del ruido, de la casi unanimidad mediática y política institucional no solucionan los problemas, más bien los agravan.
Mientras la vida sigue y cientos de personas y colectivos hacen un trabajo de base, el que no se ve, no se reconoce, que pone un poco de orden en el caos, que ataca los problemas de raíz, pone prioridades y medios desde la comunidad, sin subvenciones, con esfuerzo común, que mira la realidad desde la complejidad y no en blanco y negro, buenos y malos. Que aguanta todos los insultos y desprecios, que no quiere hacer carrera ni beneficiarse, que hace política no desde las instituciones y los partidos, que no delega porque desconfía y quiere ser responsable de su vida.
La fotografía de la cumbre para establecer el plan que solucionará el problema de la inseguridad en Barcelona lo dice casi todo: las patronales, los gremios, el FCB, los uniformes de las diferentes policías, las instituciones. La mayoría responsables de este caos que se presentan como nuestros salvadores que ahora así aplicarán un plan de choque que, esta vez si, nos quitará la sensación de inseguridad. A la vez los sectores sociales que creen en las soluciones represivas que se movilizan para pedir más mano dura contra los más indefensos, Mierda de canción….
No hay milagros, no hay salvadores. Hay la lucha diaria, constante,
que suma más gente, que entiende los nuestros como incluir a los otros.
Esa es en la que estamos aportando nuestro grano de arena. Lo demás para
ellos.