Vivimos la destrucción completa del valle de Tesalía. Las innumerables pérdidas de casas, agricultura, ganadería, maquinaria y materiales significan casi la desaparición de la producción primaria de Tesalía. El golpe más importante, por supuesto, son las vidas perdidas, de humanos y animales. El juego mediático de las declaraciones oficiales insiste en reportar solo las muertes verificadas (15 personas hasta el momento y 2 desaparecidas), mientras reina la desconfianza entre la población. Conforme pasan los días, se vuelve más sólida la convicción de que, por un lado, el estado no posee de las herramientas para enfrentarse a la situación, porque no invierte nunca en lo que no trae ganancias y, por otro, de que no muestran gran interés en la búsqueda y rescate de los pobres, los enfermos, los ancianos y los trabajadores agrícolas migrantes. Fácil de prever esto, dada la gestión estatal hasta el momento: operaciones de rescate inferiores a las necesidades actuales, incapacidad de proveer bienes de primera necesidad, especialmente de agua, a las personas atrapadas, autoridades locales que no poseen la maquinaria esencial y personal para asistir a la catástrofe, falta de organización, caos. Y la decisión de utilizar gimnasios y escuelas, y amontonar a las personas afectadas por las inundaciones en colchonetas sobre el suelo muestra la crueldad del Estado. Prueba de ese cinismo, y del racismo del sistema, constituye, sin duda, la decisión de expulsar a los refugiados del campamento de Koutsochero [20 km de la ciudad de Larisa], para acoger a las personas afectadas.
La crisis medio ambiental es consecuencia del saqueo a largo plazo de la naturaleza. En el valle de Tesalía, este saqueo se traducía en la canalización imprudente de los torrentes para aumentar la tierra explotable, junto con la falta completa de un plan de gestión del riesgo de inundación e infraestructuras de prevención, incluso después de que el ciclón Ianos afectara Karditsa [Tesalía] en 2020, los cuales condujeron finalmente al desastre actual. Las consecuencias inmediatas aterrorizan: crisis sanitaria por el volumen de las aguas estancadas y los animales muertos, crisis económica, alimenticia y de vivienda para los miles de habitantes de esas zonas. Vivimos el auge del abandono de los pueblos (de valle y de montaña) de Tesalía, puesto que este daño no podrá repararse en años y sus habitantes tendrán que buscar empleo en las ciudades o/y en el extranjero: empobrecimiento, inmigración, carencias, miseria. Estado y capital muestran la máxima consistencia y dedicación a lograr la maximización de las ganancias para la burguesía. Es bien conocido que las directivas “verdes” de UE, seguidas por los gobiernos fieles en Grecia y otros países, no tienen como meta la protección del medio ambiente, sino la explotación de las consecuencias de la crisis climática. O sea, no se trata de incapacidad o insuficiencia, sino de elección: se trate de fuego o de agua, se elegirá la “solución” barata: estos fenómenos los parará el mar.
Nosotras, frente a estos fenómenos extremos, y al más extremo de todos, que es el plan organizado para saquear nuestras vidas y la naturaleza desde “arriba”, proponemos la Solidaridad y la Lucha.
Mostramos solidaridad hacia los afectados de nuestra clase y participamos con las fuerzas que tenemos, creando una red de solidaridad, en la que ya participan compañeras y compañeros de toda Grecia.
Creamos estructuras de acopio de materiales, medios y apoyo económico, pero también de encuentro con todas las personas que quieren expresar su rabia y enojo, lejos de grupos efímeros de voluntariado y filantropía. Al mismo tiempo, advertimos del peligro de (re)aparición de “protectores” autodesignados, quienes, debajo de la capa del “héroe” que protege las casas inundadas del saqueo, esconden esvásticas y navajas que quitan la vida a antifascistas, inmigrantes, pobres, a los “diferentes”, encubriendo al enemigo real y sirviendo al patrón.
Frente a la indiferencia, la pasividad y el miedo, o/y la lógica de la delegación, elegimos mostrar los culpables, denunciar las necropolíticas, nacionales y globales, y proponemos la autoorganización y la lucha para reivindicar todo, porque todo nos pertenece.
Exigimos:
o Compensación inmediata y al 100% de todas las personas afectadas
o Asegurar la supervivencia de todas las trabajadoras de la tierra sin discriminación
o Ningún estatus especial laboral – Ningún costo transferido a nuestra clase
o Cese de pagos hacia bancos y el Estado
o Reforzar todas las estructuras de salud pública de la región
o Asegurar una vida digna para las personas afectadas por las inundaciones durante el tiempo que haga falta (requisar hoteles, explotar casas sin usar, ayudas para alquilar, etc.)
o Reparación inmediata de las carreteras y de otras infraestructuras
o Creación inmediata y aplicación de un plan de gestión del riesgo de inundación
Red de Lucha & Solidaridad de Larisa
Contacto de la Red de Lucha & Solidaridad de Larisa [Δίκτυο Αγώνα & Αλληλεγγύης Λάρισας]
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+30 697 038 2237
Caja de solidaridad: GR5501401200120002101267169 (Alpha Bank – mencionar el concepto de la transferencia)