Text llegit a la concentració a Barcelona.

Contra el racismo institucional

Una vez más estamos aquí para expresar nuestro dolor, nuestra rabia por las múltiples agresiones racistas que recibimos cada día por parte de la Policía de este país.

Queremos dejar claro que lo que ha ocurrido la semana pasada en el barrio de Lavapiés en Madrid, no son hechos aislados. Esas imágenes que hemos visto constatan que seguimos inmersos en un sistema español totalmente racista y anti-negro, un sistema que provoca y normaliza la violencia hacia las personas negras y racializadas.

En primer lugar, queremos señalar que el único responsable de estos hechos es el gobierno español. Porque es quien debe garantizar la seguridad de toda la ciudadanía. Debería salir y pedir perdón.

Hablan de la inseguridad, pero en este país no existe peor inseguridad que la que estamos viviendo la población negra, ya que por nuestro color de piel el estado presume que somos delincuentes.

El hecho de no tener papeles nos convierte aún más vulnerables ante el racismo institucional y, sobre todo, ante aquellos policías racistas y anti-negro que abusan de su poder.

Compañeros y compañeras, los occidentales siguen diciendo que el colonialismo es una etapa de la historia que ya pasó. Pero nosotros lo vivimos todos los días en la calle.

En las leyes, en las escuelas, en la política, en cada esquina, nosotros olemos, vivimos lo que es el colonialismo, lo que es el racismo.

Nosotros pensamos que hay que empezar a decirlo una vez más, y más claro, que el colonialismo nunca se fue, nunca se terminó, sólo se transformó.

Ahora el colonialismo tiene leyes, tiene centros de internamiento, tiene cárceles, tiene fronteras, tiene gobiernos, tiene medios de comunicación para seguir generando esas diferencias entre gente blanca y gente negra.

El colonialismo ahora se ha modernizado, nunca se terminó. El colonialismo está en las escuelas cuando se niegan a enseñar nuestros saberes o nuestra cultura.

El colonialismo está en la Ley cuando se persigue y se condena a los manteros o cuando desahucian a las personas pobres y migrantes.

El colonialismo está en las religiones cuando se niega la nuestra, cuando se niega nuestra espiritualidad.

El colonialismo está, por supuesto, en los CIEs, porque los únicos que están ahí dentro son los mismos que hace 200 años estaban también siendo esclavizados, maltratados, abusados y violados.

Nosotros mismos éramos los últimos en la estructura social, y aún lo seguimos estando.

Por eso, decimos que basta ya de hipocresía. Que se acabe la fase de discursos.

Incluso la gente que se dice de izquierda está reproduciendo este colonialismo al no querer cambiar las formas de actuar.

El colonialismo actual sigue existiendo, porque todos los días siguen asesinando pobres; en África, en América Latina, en Asia, en cualquier otro lugar donde se viva de otra manera que no sea la de vivir como vive la gente occidental.

Ahí mismo, los colonialistas siguen generando conflictos, siguen robando nuestras tierras, siguen negando nuestro pensamiento.

Todos los días hay quien sigue pensando que nosotros somos basura. Que nosotros no tenemos derecho a vivir, que no tenemos derecho a la libertad, que no tenemos derecho al trabajo, y sobre todo, que no tenemos derecho al pensamiento, al conocimiento y a tener una vida digna.

Todos los días, un juez, un político, un policía, un comunicador, lo dice.

Lo deja claro, para que otras personas lo sigan pensando y lo sigan reproduciendo.

Por eso se generan las fobias, por eso se genera el odio y por eso se genera también la explotación. Son ellos mismos los que quieren este modelo, este sistema.

Por lo tanto, le advertimos una vez más al gobierno que las violencias racistas contra nuestra comunidad deben terminar de una vez por todas.

Exigimos una investigación y una actuación en consecuencia contra estos agresores a salarios.

Le exigimos al gobierno una ley integral contra el racismo que permita revisar y castigar a cualquier hecho o comportamiento racista venga de donde venga.

Para acabar, apelamos a la población negra, afrodescendiente y racializada de todo el mundo que seamos unidos más que nunca en esta lucha tan difícil para conseguir nuestra libertad y una sociedad más justa e igualitaria.