Aniversario de la muerte de Antonio Téllez (la Boca d’Or)

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Aniversario de la muerte de Antonio Téllez (la Boca d’Or)

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A pesar del gusto por los aniversarios redondos, me da que pocos grandes medios van a recordar hoy el décimo aniversario de la muerte de Antonio Téllez Solà, periodista, historiador, militante libertario y combatiente de largo recorrido en la lucha por mantener vivo el recuerdo de la guerrilla española contra el fascismo. El Herodoto del maquis antifranquista le llamó The Guardian.

Hijo de ferroviario, empezó a militar en las Juventudes Libertarias y se presentó voluntario para ir al frente al producirse el golpe de Estado fascista en julio de 1936. Lo mandaron de vuelta a su casa, tenía 15 años. Lo llamaron tres años más tarde, formando parte de la Quinta del Biberón, justo a tiempo para batirse en retirada y acabar cruzando la frontera.

En Francia pasó por los campos de concentración de Prats de Molló y Septfonds, de donde salió para trabajar en una fábrica de pólvora. Francia cayó ante el empuje de la Wehrmacht y Téllez fue detenido por la policía de Vichy y encarcelado. Escapó. Lo volvieron a detener y acabó en el campo de Argelès. Salió de allí como trabajador de una aquellas compañías de trabajadores francesas, mano de obra barata, casi esclava, al servicio de unos miserables.

Téllez se rebeló antes las duras condiciones que debían soportar, se quedó solo en sus reivindicaciones y lo mandaron a un destino de castigo, una mina de antimonio. Y se volvió a rebelar. Intentaron mandarlo en una compañía de trabajo a Alemania. Aún le están esperando. En mayo del 44 entra en la Resistencia, en la IX Brigada de las Fuerzas Francesas del Interior, reencuentra a compañeros de lucha y participa en la liberación de varias localidades francesas, como Rodez.

En octubre del 44, con el grado de teniente, participa en el desastroso intento de la invasión guerrillera de la Vall d’Aran. Entra en combate contra la Guardia Civil en las afueras de Salardú y viendo el cariz que toma el asunto decide mandar a paseo la operación y mejor salvar la vida de sus hombres, regresando a Francia. No escarmentó mucho, porque en 1946 volvió a España clandestinamente y pasó tres meses contactando con la guerrilla en Asturias.

Progresivamente decepcionado por el curso de la historia, Antonio Téllez, empezó a trabajar en France Press, sin dejar de colaborar en publicaciones como ‘Ruta’, revista de la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias; ‘Solidaridad Obrera’; y participó en la fundación de la revista ‘Atalaya’.

Tras la muerte en emboscada de sus compañeros Josep Lluís Facerías y Quico Sabaté, Téllez abandonó las tareas de organización y decidió que su lucha se centraría en mantener fuera del alcance del olvido los nombres de Facerías i Sabaté, o de Wenceslao Giménez Orive, Francisco Denis, Agustín Remiro, Raúl Carballeira, Marcelino Massana Bancells, Francisco Ponzán… o tantos otros cuyo ejemplo pone en su sitio a tanto presunto padre de la democracia en España.

Antonio Téllez Solà sabía que la historia la escriben los vencedores, y si los vencedores fusilan a los vivos ya ni te cuento lo que hacen con los muertos. Así que como historiador de los ausentes en las crónicas oficiales, se dedicó a colocar varias cargas en los muros de silencio con los que nos han querido cercar. Parte de esa indispensable munición ‘Sabaté. Quince años de guerrilla urbana antifranquista’, ‘El MIL y Puig Antich’, ‘Facerías, Guerrilla urbana’, ‘Historia de un atentado aéreo contra el general Franco’ o ‘La red de evasión del grupo Ponzán’ pueden encontrarse en Virus Editorial.

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